La sal está presente en nuestras mesas y es uno de los ingredientes más utilizados. Contiene minerales, cal, sodio, yodo, calcio, manganeso, magnesio. Fundamental en la conservación de alimentos para su consumo en los próximos meses o semanas.
La sal está formada por cloruro y sodio, que contribuyen al equilibrio de los líquidos del organismo junto con el potasio. Regula el ritmo del músculo cardíaco. Permite la transmisión de los impulsos nerviosos. Extrae el exceso de acidez de las células. Permite la absorción de los nutrientes. Regula el sueño. Mantiene el equilibrio del azúcar. Previene los calambres musculares.
No obstante, ingerir más sal de la debida puede producir enfermedades. No apta para personas con retención de líquidos, ni hipertensos.
TIPOS DE SAL
- Sal común: extraída de las cateras de sal.
- Sal yodada: sal común a la que se añade una cantidad de yodo. Mejora el buen funcionameiento de las tiroides.
- Sal de apio: mezcla de sal y semillas de apio.
- Sal ahumada: aroma y sabor fuerte, aporta a todo tipo de platos un gran sabor.
- Sal maldon: su procedencia es inglesa. Su elaboración es puramente artesanal y laboriosa. Suele formar unos cristales suaves en forma de escamas.
- Sal kosher: sal judía, preparada para sazonar los platos kosher o judíos.
- Sal gonashio: japonesa y es una mezcla de sal común con semillas de sésamo.
- Sal negra o Black lava: mezcla de carbón vegetal activo y sal. Una de las más apreciadas en la alta cocina, su presentación en los platos es excelente y proporciona un sabor único, también se puede apreciar su ligero olor sulfurado.
- Sal roja o Red Alae: existe solo en la isla de Aloha. Lleva arcilla mezclada y tiene muy buenas propiedades. De un precio muy elevado.
- Sal escamada o Flaky Salt: es de Nueva Zelanda. Es marina y existe a muy bajas profundidades. No está tratada, es 100% natural.
- Sal rosa del Himalaya. Una sal fósil (de roca). De enorme pureza, su color se debe al contenido en hierro y se caracteriza por su fuerte sabor amargo.
